(Realizados para financiar la construcción del Hospital de la Princesa)

La construcción de nuestro hospital (entre los años 1852 a 1857) se realizó a través de aportaciones económicas realizadas por particulares e instituciones y todo tipo de donativos ó “suscripciones especiales” (ver Decreto de su Fundación y Real Orden anexa de fecha 11 de febrero de 1852). Entre estas aportaciones especiales se encuentran beneficios obtenidos por actos festivos (funciones de teatro, conciertos, y otras actividades lúdicas). Con datos de hemeroteca vamos a exponer y comentar algunos de estos casos acontecidos especialmente en Madrid.


I. Baile en los salones de la calle Capellanes

En la sección “Gacetilla de la Capital” del periódico “El Observador” (Madrid) (18-2-1852) leemos: “El dueño de los conocidos salones de baile de la calle de Capellanes num.10, se presentó ayer ante el señor gobernador civil con el objeto de manifestarle el deseo de contribuir en cuanto le fuera posible a la realización del Hospital de la Princesa que ha de construirse a la mayor brevedad. Al efecto, manifestó a la autoridad de la provincia, que cedía los salones de baile con todas sus dependencias a fin de celebrar uno, cuyos productos se destinarán exclusivamente a tan filantrópico pensamiento. El señor Ordóñez acogió esta generosa idea con la mayor satisfacción y a instancias del dueño de los salones nombró varios delegados que intervinieran en la recaudación. El baile tendrá efecto el viernes próximo desde las doce de la noche a las seis de la mañana. Invitamos, pues, a nuestros lectores para que concurran a esta fiesta filantrópica y felicitamos al dueño de los salones de la calle de Capellanes, por haber concebido una idea que tiene por objeto secundar el benéfico pensamiento de S.M. la reina, contribuyendo a edificar el Hospital de la Princesa.

En la actual calle del Maestro Victoria de Madrid (situada entre la Plaza del Celenque y calle Preciados) estuvo el Hospital de la Misericordia (origen del nombre de la actual calle de la Misericordia, aneja a la anterior) para sacerdotes pobres que realizaban sus funciones para el Convento de las Descalzas Reales. El edificio se trasformó luego en residencia de los “capellanes” y por ello, esta vía recibió el nombre de Calle Capellanes. Como consecuencia de la desamortización (1836) esta casa de los capellanes tuvo posteriormente varios destinos: En la misma estuvo ubicada la imprenta del periódico progresista “Eco del Comercio”, que sería asaltada en 1844 por los partidarios de la Reina María Cristina, en el año 1852 se autorizó su uso para “Salón de Baile” y posteriormente sería “Teatro Capellanes”. En 1875 se llamaría “Teatro de la Risa”, pero retomó nuevamente el nombre de Capellanes de 1882 a 1887. En abril de 1887 pasó llamarse “Teatro Cómico” perdurando este nombre por varias décadas. Y allí se estrenarían obras de teatro y zarzuelas, actualmente muy conocidas y que no menciono por no alargar este trabajo.

El salón de baile Capellanes era lugar de cita de gente jaranera y fue el templo del can-can, valses, redowas, mazurcas y schottis. Significó un relajamiento de las costumbres hasta entonces conocidas. Está reflejado en obras de Benito Pérez Galdós (que consta que asistía a este lugar). Eran célebres, en esta sala, los bailes de Carnaval.

En esta calle Capellanes, o muy cercana a ella, estuvo ubicada la primera panadería-repostería que da el nombre a la actual cadena comercial “Viena Capellanes”, y que durante algún tiempo fue regentada por la familia Baroja Nessi, que vivía en la misma. En el año 1901 cambió de nombre y fue calle Mariana Pineda, pasando a llamarse del Maestro Victoria a partir de 1941 para recordar al célebre compositor musical del Barroco P. Tomás Luís de Victoria (Ávila 1548- Madrid 1611), que era organista y capellán del Convento de las Descalzas Reales y vivió en esta calle. La estancia del P. Victoria en estos rincones del “Madrid de los Austrias” duró unos veinticinco años y consta su defunción en los libros del Archivo de la vecina Iglesia de San Ginés.

Toda esta zona está recordada y descrita en obras de Pio Baroja y Azorín. Siendo muy modificada al realizarse la ampliación de El Corte Inglés en 1969.

II. Función en el Teatro Circo

En el mismo periódico “El Observador” (15-3-1852) leemos que “Mr. Paul prepara espectáculo nuevo”. Para decir a continuación : “Tenemos entendido que dentro de breves días se verificará en el teatro del Circo la gran función lírico dramática que prepara la comisión de socios del Liceo Matritense y varios oficiales del ejército residentes en esta corte a beneficio del Hospital de la Princesa. Los primeros artistas del teatro Real, así como los del Liceo, se han prestado gustosos a tomar parte en esta función, que según nuestras noticias promete ser, por todos conceptos, dignos del loable y filantrópico objeto a que se dedica. Tanto el gobernador de la provincia como los señores Solera y Gaztambide y demás personal a quienes la comisión se ha dirigido, se han apresurado a secundar, de una manera que les honra, el pensamiento de las apreciables corporaciones que la misma representa.”

El teatro Circo Paul, o simplemente Circo de Paul fue un popular local de espectáculos varios situado al comienzo de la calle Barquillo y fundado por el empresario circense Paul Laribeau en 1847. Antes este local fue llamado Teatro Olímpico e incluso fue regentado por el conocido empresario madrileño José de Salamanca (en 1846). Tras múltiples avatares y reformas es el antecedente de nuestro coetáneo “Circo Price”.

Tomaremos nuevamente el tema del Circo Price en otro pequeño ensayo, que pretendo escribir al tratar de la asistencia que tuvo en el Hospital de la Princesa una joven acróbata norteamericana que trabajaba en el mismo (Mina Alix) en la primera década del siglo XX (1904). Dispensada por el Dr. Antonio María Cospedal y Tomé (Valladolid 1855- Madrid 1949) que regentó en el hospital una sala de Cirugía General y otra de Ginecología, llegando a ser Decano del mismo.

Tan sólo anoto ahora, para enlazar con el tema anterior, lo que dejó escrito el estudioso de temas madrileños Pedro de Repide al referirse a la Sala Capellanes: “Decir de los bailes de Capellanes es evocar una época interesante y pintoresca de la corte de los últimos años del reinado de Isabel II. Es la rivalidad con el circo de la calle del Barquillo, cantada en una célebre habanera: No me lleves a Paul que nos verá papá. Llévame a Capellanes que estoy segura que allí no irá”.

III. Función en el Teatro de la Cruz

También, en “El Observador” (28-2-1852) leemos:”El próximo lunes verificará su inauguración la Sociedad de Bellas Artes, dando una escogida y variada función a beneficio del Hospital de la Princesa. Aquella tendrá lugar en el teatro de la Cruz y las piezas de la que se compone el programa se anunciarán detalladamente con la debida antelación”.

La historia de este teatro puede consultarse a través del enlace:

http://es.wikipedia.org/wiki/Teatro_de_la_Cruz

Los años de plena actividad en su ubicación en la calle de la Cruz fué de 1756 a 1860. En este último año (1860) fue derribado al encontrarse muy “deteriorado” y para ampliación de las calles de la zona. Pero deseo reseñar que según expediente de 21 de diciembre de 1855, aprobado por los regidores de la Villa, pasó a llamarse Teatro de la Princesa posiblemente por indicación regia. El nacimiento de la Princesa de Asturias fue gran acontecimiento y por ello se rotularon instituciones con este nombre. Y también nombres de calles (como la de la Princesa en Madrid).

Se acompaña, placa-recordatorio de este teatro colocada por el Ayuntamiento de Madrid, y ubicada actualmente en C/Espoz y Mina 13 (junto a calle de la Cruz).

Carlos Cremades Marco

 

ANOTACIONES:

He destacado en legra “negrita” algún párrafo de los documentos periodísticos reseñados.

Los datos de Pedro de Repide, reseñados, están contenidos en la columna de este autor llamada “ Guía de Madrid” y publicados en “El Liberal” de fecha 17-6-1923.

La primera ilustración corresponde a “Baile en el Salón de Capellanes” (óleo sobre hojalata) cuya autoría fue inicialmente atribuida a Esquivel pero posteriores estudios parecen confirmar que fue pintado por Ricardo Balaca. Se encuentra en el Museo de de Bellas Artes de Bilbao.

La segunda ilustración reproduce la portada de la novela (folletín) “Los Misterios de Madrid: El salón de Capellanes” de Rafael del Castillo (1863). Imagen tomada de la enciclopedia Wikipedia.